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Como supongo que le pasará a todo el mundo, muchas veces vemos a los demás hacer actividades que siempre nos hubiera gustado hacer, pero pensamos que ese tren ya pasó, y ya no es momento de comenzar.
En mi caso, una de ellas era el patinaje. Siempre he envidiado a los patinadores que veía por la calle, pero como consideraba que es una cosa que, o se aprende de niño, o debes olvidarte… pues ni me planteaba aprender. Si a esto le sumamos que me soy bastante torpe para las actividades deportivas, pues ya ni hablar del tema.
Santi durante el curso |
Los comentarios de mi familia, fueron totalmente de “apoyo”:
- Mi madre: “¡dónde vas a tu edad! ¡que te vas a matar!”
- Mi mujer: “¡pero tú sabes la pasta que te has dejado en equipamiento (me compré buen equipo, decidido a continuar patinando) para dejarlo en 2 días!!!???”
Pero yo seguí en mis trece, y fui al curso.
Esperaba ser “el abuelo” del grupo, pero resultó que todos los compañeros estaban entre los treinta y tantos y los sesenta… así que muy bien.
Casi todos empezábamos desde cero. JAM nos enseñó las técnicas básicas: permanecer de pie, en parada, desplazarse, caer “con estilo” (y de manera segura), giros, freno, descenso… y terminamos el curso con una ruta por diversos tipos de suelo en la ciudad.
Muchos aprovechamos los días que no había clase para practicar por nuestra cuenta lo que habíamos aprendido en la sesión anterior (esto ayuda mucho, de verdad).
Al final de las 5 sesiones, le dije una frase a JAM que nunca olvidaré: “No te puedes imaginar cómo has conseguido que suba mi autoestima deportiva en 15 días”.
Santi, patinando la ciudad |
Para mí, iniciarme en el patinaje en línea ha sido una pequeña historia de superación, una forma de hacer deporte pasándolo bien, y de encontrar un grupo de gente encantadora.
Desde aquí quiero animar a todos los “torpes” como yo, que siempre les hubiera gustado patinar, pero que consideran que son demasiado mayores o “poco aptos” para esta actividad, que rompan los tabúes, y que se atrevan a intentarlo. Veréis como después del curso, salís tan satisfechos como yo.
Santi